Esta semana finalizamos el primer ciclo del proceso Valparaíso Dialoga, iniciativa con la que hemos abierto una nueva etapa en la relación de nuestra empresa portuaria con la ciudad.
Nos anima encontrar consensos para que podamos impulsar una ampliación portuaria que incorpore las visiones de los distintos actores de la ciudad, de manera que sea vista como una oportunidad de progreso y bienestar para Valparaíso, que pronto cumplirá 500 años de vida.
Ha sido un proceso desafiante en medio de la pandemia, recurriendo al uso de tecnologías ante la imposibilidad de realizar talleres de conversación en formato presencial.
Casi 300 personas participaron en las tres rondas de diálogo donde abordamos la vocación portuaria de nuestra ciudad, la necesidad de la ampliación y el valor de las aguas abrigadas, para finalizar con borde costero y ciudad.
El proceso, realizado entre enero y mayo, contó con el importante apoyo de Fundación Casa de la Paz, con reconocida experiencia en procesos de diálogo y participación ciudadana, y de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, con quienes organizamos webinars sobre experiencias ciudad-puerto, en que participaron importantes expositores nacionales e internacionales, que sirvieron de complemento al trabajo de las mesas de diálogo.
Valparaíso tiene una larga historia como puerto. Su actividad portuaria está en su origen, en su desarrollo y su consolidación, y hoy enfrenta importantes desafíos. En todo el ciclo, sumamos más de 90 horas de conversación, 74 grupos de diálogo y más de 2.200 comentarios, que constituyen un insumo valioso para el análisis que debemos realizar en torno a una ampliación portuaria, que se reconoce como necesaria y urgente y que debe salir del espacio de controversia en el que ha estado en los últimos años, para materializar en un espacio de armonía, comunión, y complemento entre las diversas e importantes vocaciones de la ciudad puerto.
Sin duda, hay temas que surgieron en Valparaíso Dialoga que estarán dentro de nuestras posibilidades para ser incorporados en la ampliación portuaria y otros que no tanto, pero se trata de opiniones interesantes y válidas que debemos leer en su contexto.
Sabemos que en un camino de conciliación habrá aspectos en los que no todos quedarán conformes, pero creemos firmemente en que esta forma de hacer las cosas, transparente y abierta al escrutinio público nos ayudará a contar con un puerto que sea validado por la mayoría de quienes tenemos una relación estrecha, por experiencias de vida o laborales, con esta ciudad.
Es importante tener presente que Valparaíso Dialoga no finalizó en la sesión plenaria que tuvimos el 11 de mayo, sino que continuará en los próximos meses con un segundo ciclo, donde queremos abordar específicamente los lineamientos para la ampliación del puerto al futuro.
La participación activa de numerosos y diferentes actores de la ciudad en este proceso, con todas las dificultades que implica estar viviendo esta pandemia, reafirma nuestra convicción en cuanto a que el diálogo sea una condición permanente para la relación de la EPV con la ciudad, porque también somos parte de la cultura y de la identidad de Valparaíso.